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Una cruz. Así es para muchas chicas la regla cada mes cuando cursa con dolor (dismenorrea), teniendo en cuenta que en España la incidencia se sitúa entre el 60% y el 90%. En algunos casos puede ser leve y no requerir ayuda más allá de un antiinflamatorio el primer día del periodo, pero en otros casos, puede ser tan incapacitante que se necesite hasta una baja laboral de varios días al mes.

John Guillebaud, profesor de salud reproductiva de la University College de Londres, aseguró en una entrevista con Quartz que varias pacientes han descrito el dolor de la regla como algo “casi tan doloroso como un ataque al corazón“. Pero eso no es todo, ya que hay casos en los que dichos síntomas también pueden acompañarse de náuseas y vómitos, diarrea o ansiedad.

Dolor menstrual: tipos y causas

Según la doctora Yoana Chiverto, ginecóloga adjunta del Hospital Sanitas La Moraleja, al margen de la intensidad de las molestias, existen dos tipos de dolor menstrual: el puramente fisiológico o idiopático (del que se desconoce la causa) y el que se encuentra unido a una patología concreta, aunque lo más frecuente es que no haya ninguna afección. La razón principal para explicar el dolor que acompaña a la regla en el vientre y a menudo en las caderas, la zona inferior de la espalda y las piernas es que el cuerpo libera un grupo de hormonas que se llaman prostaglandinas para ayudar a contraer el útero y expulsar todo el tejido del endometrio que ya no participará en un futuro embarazo. En mujeres jóvenes, el músculo está más contraído que en mujeres más añosas, por lo que la concentración de prostaglandina es mayor, por eso en ellas la incidencia del dolor es más grande también.

En todo caso, la enfermedad más común que está detrás de las reglas dolorosas es la endometriosis (cuando el tejido que reviste el interior del útero crece también fuera de él y crea una reacción inflamatoria), pero también lo puede causar un quiste anexial benigno, por ejemplo. La intensidad del dolor también varía entre mujeres. “Desde un nivel que se soluciona con un antiinflamatorio hasta otro incapacitante que puede incluso hacer necesaria una baja laboral, hay todo un abanico de casos”, explica la doctora Chiverto. Las enfermedades inflamatorias también pueden producir dolor. “Y si este no reacciona ante los analgésicos, podría tratarse también de una infección o un mioma, pero no de un tumor, porque estos no producen dolor”, recuerda la doctora Marta Sánchez-Dehesa, jefa de Ginecología y Obstetricia de HM IMI Toledo.

El dolor menstrual, eficaz para diagnosticar la endometriosis

“Esta enfermedad está infradiagnosticada y se tarda una media de hasta 10 años de retraso en reconocerla. Puede afectar a mujeres adolescentes y jóvenes, por lo que un diagnóstico precoz es imprescindible para su manejo. Por lo tanto, es preferible consultar que aceptar el dolor menstrual como normal en la mujer. Y es que si bien el dolor no siempre es originado por una endometriosis, en algunos casos si es un síntoma de esta enfermedad”, explica el doctor Jorge Fernández Parra, Jefe de Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Universitario Virgen de las Nieves, Granada y miembro de la SEGO (Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia. “El dolor que produce esta afección también se combate con análogos de la Gnrh, un grupo de fármacos que reducen los niveles hormonales. Y en algún caso muy muy grave se quita el útero para que no se contraiga el músculo, evitando el dolor”, advierte la doctora Sánchez-Dehesa.

Pero ¿cómo saber en qué momento ese dolor deja de ser algo normal para convertirse en un asunto digno de consulta a un ginecólogo? Según la doctora Marta Sánchez-Dehesa, “que te duela no quiere decir que sea normal; siempre que moleste, hay que ir al ginecólogo. Y sobre todo si el dolor afecta a la calidad de la vida de la mujer, como apunta el doctor Fernández Parra. Por ejemplo, si causa absentismo escolar o laboral, afecta a la vida social o se intensifica con el tiempo se debe de acudir a la consulta de un especialista”, dice el doctor. “Ademas, hay otros síntomas que cuando se asocian con el dolor menstrual también son motivo de consulta: dolor abdominal sin relación con la menstruación, dolor con la penetración durante el coito, molestias con la defecación o micción y síntomas gastro-intestinales“, concluye el experto.

Cuando la ovulación también duele

La causa es que el folículo se tiene que romper para liberar al ovocito y puede doler o, a veces incluso ser sangrante. Lo cierto es que en todos los casos, con o sin patología, durante la regla o la ovulación, el dolor mejora con ciertas pautas de estilo de vida.

Haz algún deporte regularmente

El ejercicio (hay estudios que observan que realizar ejercicio durante 45-60 minutos tres veces por semana puede mejorarlo), una dieta saludable, evitar el tabaco y en general todo aquello que empeore la circulación favorece la desaparición del dolor menstrual.

Toma aceite de onagra

Inclúyelo en tus hábitos porque es un excelente regulador del ciclo menstrual, además de evitar los quistes foliculares persistentes.

Pasa al nivel del medicamento

Aunque siempre te lo tiene que prescribir tu médico, “el primer escalón terapéutico es el uso de AINEs (antiinflamatorios no esteroideos) y el segundo suele ser el tratamiento con anticonceptivos hormonales en todas sus posibles pautas: de estrógenos y gestágenos (oral, parche o anillo vaginal) y de gestágenos (oral, DIU o implante)”, explica el doctor Jorge Fernández Parra.

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