Desde que somos pequeños, los cereales se convierten en la piedra angular de cualquier desayuno (e incluso de alguna cena). Los chocolateados, los bañados en miel o los que incorporan todos los colores del arcoíris van dejando paso poco a poco a otros de formato más adulto, que no nos hacen sentir tan ‘mal’: ricos en fibra, para cuidar la línea, con una silueta esbelta en la caja de cartón… Estos mensajes nos hacen pensar que hemos cambiado los ultrazucarados cereales de nuestra infancia por sus alternativas más sanas, hasta el punto de que hay incluso quien los consume con el objetivo de perder peso. Sin embargo, y resumiendo mucho, lo cierto es que en la mayor parte de los casos no son más sanos ni contienen menos azúcares que aquellos que se dirigen a los niños.

“Todos los ‘cereales’ que nos venden suelen contener una gran cantidad de azúcar añadido”, confirma la doctora Paloma Gil, endocrina de la Clínica Premium Marbella. “Algunos de ellos parecen más sanos porque así pretenden vendérnoslos, ponen nombres relacionados con el deporte como ‘fitness’ o imágenes que relacionamos con la salud, como la fruta o las espigas de trigo. Curiosamente, tienen una apariencia menos infantil, como si diéramos por hecho que son más sanos por ello, lo que indica lo poco que parece importar que los niños coman peor”, añade sobre el asunto. Por ello, su recomendación general es no fijarse en los principales mensajes resaltados en la caja, sino mirar siempre los ingredientes. Spoiler: contienen más azúcar y menos cereales de los que imaginas, ya que como indica la especialista, “son productos hechos a base de harinas de cereales y azúcares, principalmente”. De hecho, es importante recalcar que, como apostilla la doctora María José Crispín, médico nutricionista de Clínica Menorca, “aunque sean cereales, lo que compramos habitualmente son un producto ultraprocesado. No son sanos, son más azúcar que cereales y muchos de ellos no son integrales, sino refinados. Incluso los hay que incluyen tropezones que tienen más azúcares, grasas, incluso aditivos que no son precisamente sanos”.

Llegados a este punto, es preciso recordar que no se trata de prohibir nada en la dieta, pero sí de ser conscientes de lo que estamos comiendo, y de no consumir este tipo de alimentos con la falsa idea de que son sanos o incluso de que ayudan a adelgazar. Porque si bien su consumo puntual y moderado no tiene por qué ser algo dramático, no deberían formar parte central de una dieta sana y equilibrada. “Cualquiera de estos cereales aporta menos fibra que alimentos tan saludables como las legumbres, y muchos de ellos tienen menos fibra que verduras o frutas como el aguacate, las frambuesas o las alcachofas. Todos los cereales aportan más de 350 kcal por cada 100 gramos, lo cual no concuerda con el mensaje de ‘cuidar la línea’. Y en cuanto a los que dicen ser bajos en azúcar, suelen llevar edulcorantes como endulzantes, que pueden afectar a la flora intestinal y que incitan a comer más con la falsa idea de que son menos calóricos”, señala la doctora Gil.

6 mensajes con los que tener cuidado

Como hemos dicho, hay ciertos mensajes destacados en las cajas de cereales que no son del todo ciertos o, al menos, deberían llevar un asterisco. La doctora Crispín nos ayuda a desentrañar algunos de los más habituales con los que recomienda tener cuidado:

1. Rico en fibra: a veces son cereales integrales, a veces no tanto, pero además tienen azúcar añadido y eso no lo ponen.
2. Cuidan la línea: depende de la cantidad que tomemos, pero mucho mejor es tomar fruta o pan integral y, para cuidar la línea, en general es mejor evitarlos o comer poca cantidad de cereales tanto en el desayuno como fuera de este.
3. Bajos en azúcares: a veces significa que no le han añadido muchos azúcares, pero hay que recordar que los cereales tienen sus hidratos e incluso los más sanos hay que comerlos con moderación y nunca varias veces al día.
4. Cereales fitness: es un punto confuso, porque ¿qué significa que son fitness?
5. Enriquecidos con vitaminas: hace que parezca que cuantos más cereales comamos, mejor. Pero si es por las vitaminas, mejor comer otras cosas más ricas en estas, como frutas y verduras.
6. Indicados para niños: cuidado, son los que más azúcares tienen y menos fibra.

Cereales para ‘compensar’ o perder peso: ¿tiene sentido?

Partiendo de la base de que la idea de tener que compensar o autocastigarse (algo habitual en la cena) cuando se come ‘mucho’ o menos sano, no es una línea de pensamiento demasiado sana en general, resulta del todo contraproducente hacerlo con un alimento que resulta ser de todo menos saludable. “No es la alternativa ni más sana ni más nutritiva, ni para desayunar ni para perder peso, ya que son una fuente importante de hidratos de carbono refinados”, explica la doctora Gil. Coincide María José Crispín, quien afirma categóricamente que “no son una buena opción para compensar excesos y para bajar de peso. En general, los cereales en la comida y la cena no son la mejor alternativa y si se busca adelgazar, hay que disminuir los hidratos, incluidos los cereales”. De hecho, resulta bastante llamativo que las personas que buscan perder peso suelen huir de los hidratos o de platos como la pasta, y sin embargo no ven un problema en consumir este alimento que es más calórico y más repleto de azúcares.

¿Cuáles son los cereales más sanos?

Antes de hablar de cuáles son las mejores opciones, la doctora Crispín aclara que no es lo mismo saludable que ligero. Por tanto, una opción saludable en este caso sería aquella “integral, que no sean cereales refinados y que no lleven azúcares añadidos. Que no lleven tropezones calóricos y, además, que no lleven aditivos nocivos”. Sin embargo, si se busca algo light (por ejemplo, para esas cenas que se incluyen cuando la comida ha sido más calórica), no hay una buena alternativa, ya que como asevera la nutricionista de Clínica Menorca, “los cereales no son ligeros, es más, si los tomamos porque nos gustan y nos apetece, que está muy bien, hay que tener cuidado con las cantidades”. Dicho esto, para la especialista hay tres versiones de cereales que sí son bastante saludables y una buena opción si no queremos renunciar a ellos: